Entra Lyleth Silverleaf

Se incorpora, dirigiéndose hacia aquel elfo, la joven era resistente por lo cual no perdía la elegancia en cada paso. Sin tener que llamarlo, el tigre se acerco hacia ambos elfos, quedándose a la izquierda de su “dueña”.

- Gracias por el recibimiento – dijo dando una leve sonrisa – el capitán Isundel ya debe saber perfectamente que no es ningún juego. – respondió con determinación – El aviso es oportuno, pero la decisión esta tomada – volvió la mirada hacia la embarcación – nosotros le seguiremos – dijo refiriéndose también a su tigre.

"entonces sigame señorita" con una mano te invita a subir a la embarcación, mientras con la otra mantiene firma esta para que no se mueva al subirte

Asintió con la cabeza la amabilidad del elfo mientras camina con cuidado seguida de su tigre. Sus ojos miran con desconfianza al elfo, pero había dicho una gran verdad, no había marcha atrás y por lo tanto no era momento de arrepentimientos.

Una vez abordo, dejo caer parte de su equipamiento al suelo, para después sobarse los hombros.

Miro hacia atrás, esperando que el elfo también subiera.

al subir al bote el elfo empuja la embarcacion para alejars de la orilla cuando el agua le llega a los muslos con un agil brinco sube al bote y comienzza a remar, al fijarce en el equipo en el suelo de la lancha el elfo dice "lleva mucho equipaje para solo una persona,¿donde se encuentra el dueño de estas armas?"

Cerró los ojos, dejando que la brisa ondule sus cabellos. La pregunta del elfo fue por demás, incomoda. La mente de la elfo recordó aquel suceso con los no-muertos, pero evito mencionarlo enfrente de su acompañante, después de todo no era alguien de confianza.

- Me lo comí – dijo entre risas, dejando ver que era una broma, y con ello tratando de ocultar la tristeza que aun le embargaba -

La joven busco donde sentarse y continuar respondiendo al curioso elfo.

- ¿Isundel también te ordeno cuestionamientos? – quizás las palabras de la elfo no fueron las mejores, pero dejaba en claro que eran asuntos que no le incumbían a esa persona – disculpa – miro a su tigre, este no le quitaba la vista al elfo - ha sido un viaje largo y no fue precisamente lo que esperaba, yo soy el único dueño de lo que aquí vez – Intento no darle mas importancia a la pregunta.

- No he preguntado, pero me parece buen momento, ¿Cuál es tu nombre?.

Lyleth espero la respuesta de aquel sujeto, al menos queria saber como llamarle.

"mi nombre es Siond elanzand (risa alegre) mi señora, y pido dsiculpas por mi rudeza, es solo que se me hace extraño ver a un viajero (una mujer) tan apresurado por dejar su casa, ademas que su tigre tiene algunas heridas" señala al tigre con un gesto de la cabeza mientras sigue remando; todo esto sin mostrar el mas leve gesto de pesar o simpatia

Rió ante el comentario del curioso elfo - Eres muy observador Siond, no te lo reprocho, este trayecto seria muy aburrido si solo te dedicaras a remar - miró a su tigre, error de ella no haber sanado completamente sus heridas. No hay mucho que contar, solo me he topado con personas imprudentes y mi fiel tigre me ha protegido. - Lyleth miro hacia el horizonte, esperando llegar pronto a su destino antes de que el elfo siga preguntando.

Supongo que al ser marinero has visto muchos lugares, uno mas peligroso que el anterior, bien sabras que en estos casos hay que saber defenderse. - hizo una pausa - por pura casualidad... ¿no recuerdas a un elfo con el nombre de Artanis?

Siond: "no señora, no reconosco el nombre viajare a muchos sitios pero usualmente es lejos de casa, y cando pisamos puerto es por cortos periodos, solo lo suficiente para reabastecernos y salimos a la mar una vez cumplido nuestro objetivo" te observa con una mirada diverdida "nosotros los elfos marineros vemos poco la tierra realmente" deteniendo el remeo "ahora mi señora, hemos llegado" no hay ningun barco a la vista, y el agua esta muy calma de un tono azul oscuro,

Mira con incredibilidad al elfo - ¿es esto una broma? – dijo seriamente al no ver barco alguno a su alrededor. – No desafíes mi paciencia – dijo advirtiendo a su acompañante, mientras que se incorpora al mismo tiempo que el tigre.

La elfo toma su espada sin desenfundarla, solo previniendo lo peor, a la menor negativa o sarcasmo del elfo, el tigre estaba dispuesto a atacar.

- Explícate… ya que no veo que hayamos llegado a ningún lado.

el elfo mira con expresion divertida tu reaccion "tranquila mi señora, esto no es ninguna broma ni ninguna traicion" metiendo su mano al agua murmura una palabras y luego voltea hacia ti "Bienvenida al Shiva señora mia" y sindejar de sonrreir el agua comienza a agitarse (balance 4) pierdes el equilibrio y caes al suelo del bote, del agua emerge una figura imponente, un monstruo, no un barco de proporciones descomunales, capaz de alojar dentro de si a 3 ejercitos

Después de haber caído, la joven se apoya en el borde del bote para sentarse, mirando maravillada al barco que emergía de las aguas.

- Disculpa mi rudeza – trato de corregir su acto pasado, para después pensar en lo hermoso que seria su viaje.

- Bien, ¿y que esperamos para abordar? – dijo sin disimular su impaciencia.

FIN DEL TEMA[center]